Perdonad que me salga de la tónica comiquera habitual de este blog (si es que tiene una tónica habitual, porque habitual aquí, como habréis podido comprobar los pocos suscritos, no hay nada). Pero el cuerpo me pide que hable de política, de Zamora, y de cómo cambian o pueden cambiar las cosas. Y como este es el único sitio que tengo para escribir un texto largo que no lleve la marca de un fanzine colaborativo en el que participan varias decenas de personas que podrían tener otra ideología, pues os lo cuento aquí y os apañáis. Vaya por delante que yo desde pequeñito siempre he sido un poco rojeras, por si alguno cree que eso le hiere su sensibilidad o le hace sacar la bilis, pues que no siga leyendo.
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Los compañeros de Baltasar y Franco celebran el resultado de las elecciones con este dibujín. |
Francisco Guarido será el próximo alcalde de Zamora. También será el único alcalde de Izquierda Unida de una capital de provincia tras las elecciones del pasado domingo. Guarido ha sido concejal de IU Zamora desde 1999, pero en los últimos días podríamos decir que se ha convertido en una estrella de la política. A ratos incluso casi a nivel nacional. Da entrevistas a medios nacionales, y se le menciona de pasada en todos los noticiarios cómo si se tratase de una extraña anomalía en la genética democrática española, que parece la excepción que confirma la regla de la agonía de su partido.
Paco Guarido es ordenanza (lo que los alumnos mal-llamábamos conserjes) de un instituto público aunque ahora, y por razones obvias, tiene una excedencia. Le gusta Rosendo como a buen izquierdoso de cierta edad que vivió los 80. Es un hombre de rutinas. Se levanta todos los días con un mismo objetivo: leerse todos los papeles del ayuntamiento de pé a pá, para buscar inconsistencias, verdades a medias y locuras manifiestas. Con ello redacta un comunicado que todas las mañanas del año (menos algún que otro día que se toma de vacaciones) y lo envía a todos los medios de la ciudad y a todos los ciudadanos preocupados que alguna vez le hemos solicitado estar suscritos a esa famosa lista de correo, yo mismo lo estuve cuando tenía 13 o 14 años y desde entonces ha llovido bastante. Él dice que enviaría muchas más informaciones, pero sabe que las saturadas bandejas de entrada de los periodistas no lo permitirían. Entiende que los ciclos de noticias, incluso en las ciudades pequeñas, funcionan como funcionan, y por muy relevante que pueda ser la información, no siempre llega los ciudadanos. Pero eso no le desanima. Los fines de semana, además, se patea la ciudad de arriba a abajo. Visita todos sus barrios, habla con cualquiera de los ciudadanos que se le acerque, compartiendo sus inquietudes y escuchando sus propuestas. Pasea siempre armado con una libreta en la que apunta cualquier desperfecto que vea o cualquier idea que tenga o que le den, y
una cámara fotográfica con la que captar pruebas, habitualmente, de la mala gestión del Partido Popular. Prometió en campaña que esto no cambiaría si llegaba a la alcaldía, que la única diferencia sería que también llevaría los números de teléfono de los servicios públicos y la policía municipal en la agenda del móvil, para poder actuar con tanta celeridad como fuera necesario. Este, según él, es uno de los rasgos más importantes de un buen alcalde.
Cuando le preguntan sobre los problemas más urgentes que tiene la ciudad, como los muchos contratos caducados del ayuntamiento, lo primero que responde es "Qué marrón". No se anda con tonterías y es bastante consciente de que los zamoranos no se lo perdonarán si mete la pata. Durante varias legislaturas ha trabajado "gratis total" como él dice, con un gran equipo detrás apoyándole desde su partido, y nada indica que eso vaya a cambiar ahora.
Cuando se repasan sus entrevistas, sorprende ver que nunca ha tenido una mala respuesta, un encaramiento o una falta de respeto para el partido en el poder o sus representantes en las instituciones. Es llamativo porque son los mismos representantes que le han denunciado y se han querellado contra él en los tribunales, que han ejercido una campaña de desprestigio y que le han atacado personal y políticamente y vilipendiado públicamente siempre que ha sido posible. Es más, entiende que estar en la oposición es tocar las narices a quien manda, y es consciente de que a él se las tocarán incluso más ahora que le toca asumir la dirección de un gobierno. Pero no se amilana ante el reto y asegura que les tratará con mayor decencia que la que recibió él. Parece que es una de esas pocas personas que llevan a cabo la máxima de trata a los demás como quieras que te traten a ti.
Francisco Guarido no ha querido cambiar el mundo desde el ayuntamiento de Zamora. Tan solo cambiar Zamora y hacerla mejor con los recursos de los que disponía. Y ahora desde la alcaldía.
Guarido no quería cambiar el mundo pero, sin duda, va a cambiar el mundo de los zamoranos.
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En esta foto robada con total impunidad a Javier de la Fuente de La Opinión de Zamora vemos la sede de IU disfrutando de su mejor resultado electoral hasta la fecha en contraste con la imagen viral de Paco Frutos en Madrid. |
Zamora, una de las ciudades bastión de la derecha más rancia, pocha y heredera del franquismo tendrá un alcalde abiertamente comunista. Una ciudad claramente homófoba tendrá plan contra la discriminación por razón de sexo u orientación sexual en centros escolares y laborales. Una ciudad que cree que machismo es solo pegar a tu mujer y en la que el acoso callejero es el pan de cada día de muchas jóvenes tendrá una concejalía de la mujer. Una ciudad que se dice "sin distancias" y en la que todo el mundo coge el coche (tuneado) hasta para ir a por el pan se planteará una mejora del transporte público y la inclusión de la bicicleta y quizá un carril bici en el centro de la ciudad. La ciudad semanasantera y católicopracticante por excelencia (nuestras leyendas y folclore se basan en vírgenes, santos y obispos con superpoderes) tendrá un alcalde que por primera vez no hará el estúpido paripé de jurar tonterías ante ídolos de madera, ni saldrá desfilando detrás de ninguna procesión, por muy tradicional que sea. Esto, en el siglo XXI no debería ser sorprendente, y aun así lo es.
Trazar el perfil de Zamora es mucho más difícil, claro.
Zamora es una ciudad gobernada por esa rancia derecha que se enorgullece de su pasado y de ese sentido patrimonialista de las instituciones que les ha llevado a aferrarse a las sillas, los cargos, la diputación y los ayuntamientos de toda la provincia, como si cual horrocruxes fuesen a perder una parte de su alma si los dejasen escapar. Dos décadas de gestión ininterrumpida del Partido Popular evitan que estos puedan defender los errores cometidos hablando de herencia recibida y de la mala gestión de sus precursores. Antonio Vázquez es la herencia recibida de Rosa Valdeón y la propia Valdeón ha sido una mala gestora para si misma.
Zamora es una ciudad asolada, más que por la corrupción, por la corrupcioncilla. Más que por la Gurtel por la Gurtelcilla. Más que por las grandes tramas de corrupción, por los clientelismos y amiguismos a pequeña escala. Pero claro, no hablamos de una ciudad grande ni que mueva presupuestos faraónicos (aunque
algunas de las obras que se propusieron y se quedaron a medias sí que lo sean). Si se le pregunta a cualquier zamorano qué ha hecho la administración popular durante los últimos cuatro años, es muy probable que ninguno sepa nombrar ningún proyecto que no sea un pufo manifiesto o que directamente no haya podido llevarse a cabo por alguna irregularidad.
Pero nada de esto ha llevado a Guarido a la alcaldía. El inmovilismo, el caciquismo y cuando no el fraude electoral, han sido fuertes en Zamora y siguen siéndolo. El momento era el idóneo, la crisis del PP y el PSOE a nivel nacional, sumados a la mala situación acarreada tras décadas de abandono de la ciudad por parte del partido del gobierno han ayudado. Pero si hay una cosa que ha llevado a Guarido a la alcaldía esa es sin lugar a dudas "
Zamora, Tu cIUdad y provincia". Una revista escrita por ellos mismos, que resume un poco esas notas de prensa diarias que se envía a todos los medios, y con informaciones que han creído relevantes para los ciudadanos. La revista, financiada con el sueldo de los concejales del partido, se distribuye en todos los buzones de la ciudad. Bueno, o en todos en los que ciertas facciones de la derecha zamorana todavía no se han organizado para sacarla de los buzones. Su hito no es haber llegado a 83 números desde que empezó a publicarse (ya quisieran muchas publicacones informativas profesionales y muchas de las otras iniciativas gratuitas que en algún momento han intentado publicarse en la ciudad). Su verdadera fuerza es plantear alternativas. No solo Izquierda Unida descubre pufos (en Zamora si tienen más de 8 años los llamamos "antonios" en honor a nuestro antiguo alcalde, artífice de muchos de ellos) y malas gestiones, también propone alternativas a los mismos. Pero no alternativas locas y utópicas, alternativas viables. ¿Para qué construir nuevos edificios cuando puede hacerse un listado de los de titularidad pública disponibles para el mismo uso? ¿Por qué invertir en planes y proyectos externos para revitalizar barrios cuando las asociaciones de vecinos de los mismos llevan lustros con propuestas estancadas y olvidadas por la administración? ¿Por qué decir que se congelan los sueldos cuando puede hacerse un portal público en el que se publiquen los presupuestos completos del ayuntamiento para que cualquier ciudadano pueda consultarlos libremente? Guarido afirma leerse todos los papeles, y luego los desgrana y se los explica a los ciudadanos, y por eso estos le han dado su respaldo para que sea alcalde. Muchos no sabríamos cómo funcionan los contratos, las concejalías, los servicios públicos, o cuál es el estado de parques, calles, carreteras, polígonos industriales o incluso la olvidadísima y formidable red de caminos rústicos que rodea la ciudad, si no fuera por él y por su partido. Y el PP jamás se ha molestado en llevar esa pedagogía a los ciudadanos, ni siquiera para intentar ponerse medallas cuando han hecho algo bien. Porque no hay medallas que ponerse.
Ahora queda una cosa por ver. No se trata de si van a cumplir "todo lo que dicen en su revista" que parece ser la frase que más se repite entre ciertos vecinos de los barrios del centro. Lo que falta por ver es cuál será el destino de la publicación que más importante ha sido para la historia de la política en Zamora en los últimos veinte años. Esperemos que siga existiendo, que siga informando de fallos y errores, aunque sean propios. Que siga practicando la pedagogía ciudadana, y que no se convierta en un instrumento propagandístico y de autobombo del nuevo ayuntamiento. El PP sigue en la diputación, en el ayuntamiento de muchos pueblos de la provincia, y en el gobierno de la comunidad, y ahi es donde IU Zamora tiene que seguir siendo la oposición que nos merecemos. Aquí aprovecharía para hacer un llamamiento a una oposición responsable y bien articulada al Partido Popular de Clara San Damián... Pero he preferido ser realista y consciente de que gente que no demanda a su presidente provincial que dimita tras
estar imputado por delito societario, le permiten volver a presentarse como cabeza de lista en una alcaldía y le hacen Presidente de la Diputación, solamente van a estar ahi para calentar la silla y
quejarse de cosas que no hicieron cuando podían.
Los pocos momentos no vergonzosos de la gestión del Partido Popular han tenido lugar cuando la ciudadanía ha mostrado su rechazo o descontento hacia planes (como el Plan de urbanismo que Rosa Valdeón enseñaba en secreto a ciertos empresarios de su confianza en su despacho) que se hicieron públicos y que gracias a la presión de Izquierda Unida decidieron cambiar. Y ojalá hubieran sido muchas más las ocasiones en que esto sucediese. Quizá la deuda zamorana no sería tan impresionante, y quizá los zamoranos no habríamos tenido que sufrir en nuestra cara los engaños de la antigua alcaldesa cuando nos intentó convencer, por ejemplo,
de que los conejos se habían comido todos los árboles que se habían plantado con la inversión de la comunidad europea (dinero que hubo que devolver y se sumó a la deuda pública que pagamos entre todos).
Es posible que esto sea una nueva era de apertura y transparencia para Zamora. Parece que se acabaron los caciquismos y los dedazos. Y es posible que algún periódico o algún medio que antes tenía miedo de sacar según qué tipo de informaciones o de dedicarles el espacio que les correspondía, ahora pueda hacerlo con cierta libertad y sin miedo a represalias por parte del ayuntamiento. Incluso de aquí a unos años podrían revisarse las posibles licencias de frecuencias locales, que quizá podrían dar lugar a alguna televisión o radio de titularidad pública que informase, educase y entreteniese a los zamoranos, como las deficientes opciones actuales son incapaces de hacer. Con un poco de suerte el nuevo equipo de gobierno pondrá en marcha una nueva política de recortes para ajustar el presupuest que recortará donde hay que recortar y no donde afectan aun más a los bolsillos de los zamoranos que lo estan pasando mal. Racionalización, municipalización, devolverle el poder a los ciudadanos, a los barrios, a los vecinos... El ayuntamiento de Zamora ha de ser de los zamoranos, y no del PP. Zamoranos somos todos,
tanto los 10420 que les han votado, como los 22279 que no.
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Clara San Damián, la futura lideresa de la oposición, dándose cuenta de que no va a gobernar. |
Alberto Garzón tiene mucho que aprender de Francisco Guardio. Aunque él desde su humildad asegura que no tiene nada que aconsejar, que él no es quién para darle lecciones a nadie, solo un ciudadano preocupado que desde su postura ideológica ha intentado que su ciudad sea mejor.
Izquierda Unida de Zamora ha ganado llevando en las listas a un octogenario que milita en el PCE desde 1945 (Amable García, el candidato a concejal con el nombre más molón que ha pasado por Zamora en mucho tiempo). Para Francisco Guarido, las siglas de Izquierda Unida no son una vergüenza como parecen serlo para muchos a nivel nacional. Él entiende la necesidad de las candidaturas de confluencia popular en muchos lugares de España, pero no en Zamora, donde su partido ha hecho un trabajo excelente. No renuncian a sus siglas, y no renuncian a su ideología ni a esos valores de la izquierda que tanto defiende Garzón en la prensa nacional. Y lo más importante, va a poder ponerlo en práctica. Pero él lo sabe, gran parte de su voto es prestado, y lo tuvo este domingo únicamente como prueba. Muchos de los que le votaron votaban antes al Partido Popular, y probablemente este sea un caso excepcional en toda España. Es gente que le retirará el voto para siempre si no lo hace bien, y él es consciente.
¿Hay que tenerle miedo a Podemos? ¿Es que acaso le come terreno a Izquierda Unida? ¿Cómo? Si en la ciudad donde vive el padre de Pablo Iglesias, donde intelectuales tan respetados como Braulio Llamero se han puesto al frente del proyecto de Podemos en la provincida, donde el propio Pablo Iglesias celebró su único acto de campaña en toda la comunidad autónoma, gana Izquierda Unida. La confluencia es posible para IU, y otro tipo de confluencia, que incluya a todos, que no olvide sus siglas y su ideología. Lo primero que tendría que haber hecho Alberto Garzón la noche del 24 M debería haber sido llamar a Paco y preguntarle "¿Cómo lo has hecho?". Hay una lección que aprender. Quizá no de cercanía, pero sí de la pedagogía que ha sido capaz de hacer el equipo de Izquierda Unida de Zamora hacia los ciudadanos. No hay que hacer un diagnóstico de la situación, hay que explicar lo que pasa. No hay que decir que uno es la alternativa, hay que proponer alternativas que cualquiera pueda entender que sean mejores a lo que hay ahora y explicarlas a la ciudadanía. Y no hay que trabajar para unas elecciones, hay que trabajar para los ciudadanos. Durante 16 años, hasta que se pueda gobernar si es necesario. O durante el tiempo que haga falta. Trabajar para los ciudadanos es una carrera de fondo, eso es lo que tiene que entender y aprender de Zamora la nueva dirección federal de Izquierda Unida.
¿Qué le depara el futuro a Guarido y a Izquierda Unida de Zamora dentro de 4 años? Pues a mí me encantaría que Paco lo dejase. No porque no lo haya hecho bien, me parece que su trabajo ha sido ejemplar, y no tengo ninguna duda de que seguirá siéndolo. Pero creo que debería irse dando ejemplo. Casi un cuarto de siglo trabajando por los zamoranos ya está bien. Seguro que habrá alguien dispuesto a relevarle que merezca el apoyo y la confianza de los zamoranos. Quizá Laura. Tener una mujer honrada como alcaldesa por primera vez en la historia de Zamora sería magnífico. Que Guarido vuelva a su profesión, a esa plaza de ordenanza que lleva tanto tiempo colgada, y que se vaya con la satisfacción del deber cumplido, que ahi estaremos los zamoranos para agradecérselo. Que nos llene de orgullo a todos los zamoranos ver que se puede pasar de alcalde a ciudadano de a pie. Aunque seguramente para entonces una desastrada y agónica Izquierda Unida desde la dirección federal intente imponerle una plaza de diputado por Zamora, que quizá él sí podría conseguir por primera vez para su partido. Pero esperemos que no sea así, que Izquierda Unida de Zamora rejuvenezca, y que su gestión consiga implicar a todos los zamoranos en la política de nuestra ciudad. Que sigamos siendo esa pequeña excepción en este país caótico y cambiante que demuestre que otra forma de hacer las cosas es posible.
Sea como sea, Guarido nos ha devuelto la ilusión a los zamoranos. Izquierda Unida nos ha demostrado que otra política es posible. Estos días estamos muy orgullosos de ser zamoranos.
Pequeña postilla:
No todo es bueno y alegría en
el programa de Izquierda Unida de Zamora. Alguna cosa chirría, como por ejemplo esa defensa de la agricultura ecológica y ese odio a los transgénicos, probablemente herencia del tradicional alineamiento de la izquierda española con Los Verdes y otros grupos ecologistas. Y es que yo soy más de la opinión de que ecología sí, ecologismo ya menos. El partido que ha llevado la pedagogía política y social a los zamoranos, también necesita una pequeña lección de pedagogía científica y agricultura productiva, que quizá leyendo a gente como
J. M. Mulet podría solventarse. Si bien estoy muy a favor del comercio justo y la agricultura de cercanía (¿quién no quiere comerse un tomate en el punto perfecto de maduración para que su sabor sea mejor que el que encontramos en el supermercado?) con cadenas de distribución más cortas que no repercutan en tanto gasto para los consumidores. Pero también soy partidario de que lo mejor para el medio ambiente y para nuestros atricultores es una agricultura más productiva y más segura, y no prácticas menos productivas y al fin y al cabo, no más beneficiosas para el medio ambiente como lo es la agricultura ecológica. También espero que aunque se trate de productos ecológicos, el ayuntamiento de Zamora procure asegurarse de que los alimentos que se vendan en los nuevos puestos garantizados para este tipo de producción agrícola en el mercado y diversas ferias agroalimentarias de la ciudad pasen todos los controles de seguridad alimenticia necesarios y no haya dejadez por tratarse de alimentos "más naturales".