domingo, 9 de febrero de 2014

LA MAZMORRA, EL REY DE LA PELEA, de Joann Sfar y Lewis Trondheim

La Mazmorra: El Rey de la Pelea
Serie Zenit, tomo 2
Numeración: 2   Orden de publicación: 2
Joann Sfar y Lewis Trondheim

Sin intención de fastidiarle la lectura a nadie (entendiendo que voy a continuar hablando de cada tomo de La Mazmorra y, por tanto, para presentar el argumento general de cada historia voy a tener que airear parte del argumento de la anterior), el primer tomo de La Mazmorra terminó con Herbert y Marvin volviendo airosos de su misión, quizá con el ligero handicap de que Marvin ha perdido las alas.

En El Rey de la Pelea, Marvin decide que Herbert debe convertirse en un guerrero si quiere seguir adelante con sus planes (de lo que aún poco sabemos pero incluyen recuperar los derechos sobre el ducado de Vauncanson que perdió como se nos narra en este mismo cómic), y que para ello necesitan la ayuda del que fuera el maestro de Marvin. 

Y es en el entrenamiento de Herbert, uno de los puntos que deberían ser divertidos y casi sangrientos, cuando nos encontramos ante el que para mí es uno de los momentos más emotivos y emocionantes de toda la saga. Tanto Herbert como otro de los alumnos del maestro han de adiestrar a una raza (una de ellas belicosas por naturaleza, y la otra muy pacífica) para que se masacren mútuamente. Esa es su prueba final. Sin embargo, Herbert decide vivir su vida tranquilamente junto a estos pacíficos pastores hasta que al final son todos y cada uno de ellos eliminados por el enemigo, dejando un sabor muy agridulce en el paladar del lector. Puede verse en el dibujo del propio pato que este ha sido su punto de inflexión, uno de los momentos en que su moral se ha puesto a prueba por primera vez. Y como veremos en el siguiente tomo, este hecho supone un punto muy importante en la formación de su personalidad que le marcará en el futuro.

Por supuesto, justo despues tenemos la parte divertida y sangrienta. Herbert, que ha aprendido a utilizar un palo y una pluma como únicas armas (¿recordáis la espada que había encontrado en el primer tomo? Pues el cinturón de la espada le dice que le fulminará si empuña un arma antes de ser digno, y que para ser digno debe llevar a cabo heroicas hazañas), se convierte precisamente en ese rey de la pelea que anuncia el título gracias a las pruebas a las que le somete Marvin.

Encontramos momentos emotivos, momentos graciosos y momentos muy inteligentes en este tebeo, que pueden ayudar a la reflexión. Pero lo más importante es que el universo que crean Sfar y Trondheim continúa creciendo a la vez que sus personajes principales empiezan a profundizar en lo que algún día se convertirán. Para un lector que no buscase mucho de la lectura de esta historia, podría tratarse otra vez, al igual que con Corazón de Pato, de un cómic simple de aventuras, pero de nuevo va más allá. Las semillas están ya plantadas y, a partir del siguiente número, todo cambiará. Y no volveremos a ver a Herbert y a Marvin con los mismos ojos.

(9)

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